Pasaron más de 72 horas del cambio de circulación en dos calles del centro de la capital tucumana, disposición que modificó el paisaje en Crisóstomo Álvarez y San Lorenzo. No tan sólo porque el sol regresó durante el fin de semana, sino porque ahora los conductores modificaron el sentido en el que manejaron por más de 30 años en esas zonas. Y aunque no se registraron mayores inconvenientes en los primeros días, sí parece no estar clara para muchos la decisión de estacionamiento prohibido las 24 horas.
Las señales de no estacionar que ahora se leen en las arterias mencionadas, y en Las Piedras, ya no están tapadas por el plástico negro que las recubrió días atrás y se muestran nuevas y brillantes, pero poco vistas por automovilistas que de todas maneras aparcaron en esos lugares, razón por lo que se espera se intensifique la campaña de información esta semana.
Estos cambios ocurrieron en el marco de la segunda parte del Plan Integral de Movilidad Urbana (PIMU) de la municipalidad de San Miguel de Tucumán, que rige desde el viernes y por lo que se recomienda prestar incluso más atención, ya que los controles aumentarán para que sean aceptados y absorbidos con mayor rapidez por los ciudadanos.
Por qué no estacionar
En Las Piedras al 200 ya no se encuentra estacionado el auto rojo del vecino que el miércoles le contó a LA GACETA que se encontraba pensando dónde dejar su vehículo tras décadas de dejarlo en su puerta. Sí había uno blanco justo al frente. Otro gris más adelante. Y uno azul a unos metros.
“A través de un decreto se dispuso que no se va a poder estacionar por calles Crisóstomo Álvarez, Las Piedras y San Lorenzo, esto desde avenida Sáenz Peña hasta calle Jujuy”, había advertido el viernes el secretario de Movilidad Urbana, Benjamín Nieva. No fueron pocos los que no se enteraron o lo ignoraron a pesar de los carteles recién estrenados.
Desde las alturas: cómo es el tráfico luego del cambio de sentido de San Lorenzo y Crisóstomo“Lógicamente dentro de este plan los vehículos pueden frenar, hacer carga y descarga y descenso rápido de pasajeros”, también había aclarado en ese momento el funcionario. Hay opciones pero no la de estacionar.
El propósito de esta medida es reordenar el tránsito para darle mayor fluidez, remarcaron desde el municipio que habían iniciado esta nueva etapa del PIMU conformes y con pocas infracciones, según comentaron.
“Para esta planificación tuvimos en cuenta la cantidad de vehículos que bajan por calle 24 de Septiembre, que deben tener necesariamente una primera vía paralela de escape para regresar, como la Crisóstomo”, observó Nieva al respecto.
El papel de las paradas
Dentro del cambio de panorama, el transporte público de pasajeros fue otro de los puntos clave y mientras en Crisóstomo Álvarez ya no se escucha el murmullo de los colectivos, en San Lorenzo se ubicaron 12 paradas y hay otras 13 en Las Piedras.
“La gente se acerca y consulta sobre estas modificaciones”, había informado Gustavo López, inspector de la línea 4, quien fue uno de los hombres que respondieron consultas estos días, junto a personal de la Patrulla de Protección Ciudadana e inspectores viales dispuestos para la tarea.
Estas calles podrían verse muy complicadas si no empiezan a cumplirse las restricciones dispuestas, porque en las últimas horas incluso hubo autos estacionados frente a las señalizaciones de ómnibus.
Infracciones y multas
Ante lo ocurrido durante el fin de semana, desde hoy será crucial el papel de los controles y al respecto Nieva también advirtió que sí se contempla aplicar sanciones a quienes incumplan.
“Las multas que indica el decreto de creación del PIMU dice que no se puede estacionar en lugares prohibidos. Pero al monto de la multa lo fija el Tribunal de Faltas, nosotros solamente nos dedicamos a ordenar el tránsito y controlar que se respeten las normas”, explicó el director de tránsito, a la vez que señaló que no se iniciarán las penalizaciones hasta que haya una familiarización con las nuevas disposiciones.